La desconfianza en la relación de pareja

La desconfianza es un problema que afecta a una gran cantidad de parejas y que puede llevar a una lamentable ruptura. Existen algunos motivos para desconfiar, unos pueden ser basados en experiencias reales o racionales en las cuales está implicado uno de los miembros de la pareja y otras basadas en fantasmas del pasado fruto de inseguridades propias, que son completamente irracionales. Cuando por cualquier motivo aparece la desconfianza, la relación se tambalea. Detallaremos la desconfianza en este artículo y hablaremos de las pautas para recuperar la confianza en la pareja en un artículo posterior.

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La desconfianza en la relación de pareja

Las relaciones de pareja sólidas tienen como base fundamental la seguridad entre las personas que la conforman, el saber que el otro no nos va a dañar, pero en algunos casos esta característica no está presente y aparece la desconfianza. Ésta se caracteriza por producir una sensación de intranquilidad, angustia o preocupación que uno de los miembros de la pareja, o ambos, sienten por lo que puede estar haciendo el otro, habitualmente por miedo a una infidelidad. Es una presunción negativa que implica inseguridad sobre las acciones o comportamientos actuales y futuros del otro. De no abordarse y sanarse a tiempo deteriora el vínculo y en ocasiones puede terminar rompiéndolo.

Motivos de desconfianza

La desconfianza puede existir por motivos racionales e irracionales.

Desconfianza racional

La desconfianza racional se produce cuando hay motivos reales y existen pruebas fehacientes que ponen en duda que el otro está cumpliendo acuerdos y condiciones establecidas en la pareja (fidelidad, sinceridad y compromiso). Algunos ejemplos de desconfianza racional son encontrar mensajes comprometidos en el móvil, advertir mentiras frecuentes, manipulaciones para ocultar información o gastos económicos, confesar una infidelidad, etc. 

Desconfianza irracional

La desconfianza irracional nace de experiencias y decepciones pasadas que alteran la felicidad actual. En ese caso las sospechas no tienen su raíz en el presente sino en el miedo a volver a sufrir una infidelidad, desengaños, mentiras o padecimientos del pasado. Este monstruo del pasado persigue a la persona generando mucho sufrimiento emocional. Las personas en esta situación se muestran alertas y vigilantes, lo que genera estrés y tensión en la relación, trayendo como consecuencia discusiones y quejas constantes por parte de la persona que desconfía. Todo ello termina por desgastar la relación. Un ejemplo de desconfianza irracional es sentirse en alerta por ver que la pareja está “en línea” en Whatsapp y no contesta a nuestros mensajes.

Dinámica relacional en la pareja cuando existe desconfianza

Cuando ha habido una desconfianza por un motivo racional, como una infidelidad, se genera una dinámica relacional inadecuada. La persona herida o estragada siente una mezcla de sentimientos como la decepción, el desengaño, la tristeza, la rabia y sentimientos de no confianza, lo que le lleva a vigilar y estar a la defensiva con reproches constantes. Estos sentimientos son normales por la posición en que ha sido colocada la persona engañada. 

Por otra parte, el transgresor que asume su responsabilidad también sufre, vive la situación con mucha tristeza y culpa porque puede que ese daño no lo hiciera de forma consciente. En muchos casos se siente impotente porque no sabe explicarse a sí mismo lo que sucedió. 

Esta dinámica es una deuda no pagada. Puede compararse con un delito jurídico: cuando una persona ha transgredido o ha cometido un delito X, va a prisión, cumple condena y queda en libertad. Cuando esto sucede en una relación de pareja mucha veces el transgresor no encuentra la manera de eludir los reproches a pesar de admitir su responsabilidad. Es normal que se dé esta situación al principio, pero debe tener una duración máxima para evitar que la pareja quede atrapada en esta dinámica desgastante e inadecuada.

Salir ileso de esta dinámica relacional

Y os preguntaréis ¿es posible que la pareja salga ilesa una vez instaurada esta dinámica? La respuesta es “sí”. No es tarea fácil pero afortunadamente es posible revertir esta dinámica desgastante. Es necesario ser paciente, tener ganas y motivación para seguir adelante y buscar ayuda externa si fuese necesaria. En el siguiente artículo veremos algunas pautas que pueden seguirse para recuperar la confianza en la pareja.